Reality Show, talent shows, dating show, términos que ya conocemos en la televisión de hoy día.
¡No nos escandalicemos! La llamada “tele-realidad” lleva en escena años. Reality ¿por qué no?
En España nos fijamos en los modelos americanos de televisión y también de otros países. En base a los éxitos cosechados por las productoras extranjeras, los copiamos para ver si en nuestro país pasa lo mismo.
Está claro que esto no se establece a la ligera. No se compran o copian formatos sin estudio previo.
Hay una industria del espectáculo o un modelo de negocio audiovisual detrás, que analiza todo el proceso de compra, venta y doblaje del producto.
Tengamos en cuenta que los del otro lado del charco lo hacen bien, son los astros de la publicidad, de la puesta en escena, de la ficción, del efecto especial que saben manipular con juegos de artificio.
Es normal que queramos hacer lo mismo e incluso superarles.
Lo hacen “de cine”, ya sea por estudio de mercado, por pura estadística o por lo que sea.
Son los números uno de lo perceptivo.
Un repaso.
En 1948 comenzó un pseudo reality de primer nivel en EE.UU llamado “Candid Camera” ( con cámara oculta), que en el 50 le siguió MISS AMÉRICA ( concurso de mises) hoy día tan imitado.
En los 70 “An American Family”, un programa en el cual la cámara seguía semanalmente la vida de una familia. Ya en los 80 y visto también en España “Esto es increíble” y así seguiríamos por los 90 hasta la actualidad.
Todos han sido un ejemplo de un tipo determinado de crecimiento de mercado. Desarrollar un guión con personajes reales en situaciones aparentemente reales y cercanas es un filón audiovisual.
Exhibir la vida privada de las personas en un entorno conocido, supone una subida de adrenalina fuera de lo normal televisivamente hablando.
La mezcla de principios puramente basados en psicología adaptados a estrategias mediáticas son el cóctel estupendo para un “realidad” que todos queremos ver.
Reflexión.
¿Espiarías al vecino de enfrente si éste no se diera cuenta de que es espiado?, ¿escucharías las reuniones en privado de vuestra jefa tanto en su vida profesional como en la particular?
¡Quién no desea mirar lo prohibido! Esto forma parte de la propia estructura de la moral humana, y el reality juega con todas y cada una de esas estrategias.
Yo no los mal juzgo, trabajo para ello, pongo voz de un personaje para que alguien en su casa se identifique con lo que esta diciendo o haciendo.
En mi caso es la pura fantasía la que hace una tele-realidad sin fronteras, otorgando vida y voz a un ser que no conoces y que posiblemente guste al otro lado de la pantalla.
No llamemos “telebasura” a lo que muchos ya entienden como un momento de desconexión con sus preocupaciones, de un momento de relax y de olvido ante la realidad que viven.
Eso no debería suponer que nuestras vidas abandonen las «buenas»costumbres: leer un libro, hacer deporte para no anquilosarse o acercarse a un museo de vez en cuando.
Demos prioridad a la disciplina y las obligaciones, pero no descartemos la frivolidad o informalidad en ocasiones para ser felices. Todo forma parte de la vida.
Convendrás conmigo que el momento puramente hedonista, el instante esencialmente carente de peso cultural o la tarde de ocio pegado al televisor, deja un poso de cierta felicidad que denota bienestar.
Un punto y seguido.
Hasta pronto.